tuve la fortuna de visitar la casa del maestro en Sao Conrado, en las afueras de Rio.
Una joya blanca casi perdida entre el follaje y la imponencia del paisaje. Sumergida en el verde, su blanco se vuelve verde. Un poco de sombra al lado de una piedra y del agua, esculturas de mujeres desnudas bailando todo el tiempo. Vinicius, Tom Jobim, Chico Buarque?
nada de pomposidad, una casa abierta, como siempre recibiéndonos.
Me dejó la sensación de amar la vida, de ser hecha para amar la vida, por amar la vida.
Me imaginé despertando una mañana entre los pájaros y las plantas y viviendo 105 años.